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"No puede quedar impune": la joven que denunció a Hernán Sabbatella quiebra el silencio

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Daiana González acusa Hernán Sabbatella, secretario legal y técnico de Morón, de haberla drogado con opiáceos durante un encuentro en Vicente López. Estuvo inconsciente alrededor de cuatro horas y media, y aún no recuerda nada de lo ocurrido. Su abogado advierte sobre una investigación incompleta y Daiana denuncia manipulación de pruebas. El funcionario afirma que la denuncia emergió en medio de una interna política local. Y si bien la causa fue archivada, eso no implica su inocencia.


“Me invitó a merendar cerca de mi casa para saludarme por mi cumpleaños, pero terminamos en un bar de Vicente López tomando cerveza”, reconstruyó Daiana González, empleada de la Secretaría de Salud del Municipio de Morón, en diálogo con Feminacida. El lunes 30 de agosto de 2021 —un día después de cumplir años—, Hernán Sabbatella, secretario legal y técnico municipal y hermano de Martín Sabbatella —líder del partido Nuevo Encuentro—, le envió una solicitud de amistad en redes sociales y la citó en Ramos Mejía.

Durante ese encuentro, ella accedió a acompañarlo a hacer unos supuestos trámites vinculados con su hijo en la zona norte del conurbano. “En el camino, me dijo que conocía un lugar para comer pizza y beber cerveza que se llamaba Tiempos Modernos. Y fuimos”, explicó, y luego aclaró que esos trámites nunca existieron.

Llegaron cerca de las 18 comieron y cuando regresaban al auto pasaron por un local de cerveza artesanal y pidieron para llevar. Mientras estaban en la calle, él le dijo: “Me gusta venir por estos lados porque me puedo tomar una cerveza en la vereda, cosa que en Morón no puedo hacer porque soy una persona pública”. “Y hasta ahí llega mi memoria, después perdí el conocimiento”, aseguró la denunciante. 

El próximo recuerdo de Daiana es en la guardia del hospital de Vicente López. Según pudo reconstruir más tarde, unos trabajadores de delivery la encontraron tirada en la vereda, llorando, desorientada y pidiendo ayuda. Ella sólo pudo decirles su propio número de teléfono. Esas personas intentaron comunicarse suponiendo que se trataba del número de su madre o algún familiar. Ante la falta de respuesta, decidieron llamar a la Policía. 

La cartera, el celular y demás pertenencias habían quedado en el auto de Hernán Sabbatella. Las recuperó dos días más tarde. Ahí fue que leyó todos los mensajes que estos trabajadores le habían enviado y le contaron lo sucedido aquella noche. “Denunciá al hijo de puta que te hizo esto”, le repetían. 

El abogado de la joven, Javier Baños, precisó a este medio que fue la hermana de la víctima quien presentó la denuncia y aclaró que corresponde a la fiscalía y a la Justicia “determinar si esos hechos constituyen delitos y cómo encuadrarlos”.

A pesar de que los estudios médicos confirmaron que Daiana había sido drogada con opiáceos y que no sabe qué pasó con ella durante cuatro horas y media de inconsciencia, la causa no prosperó. El expediente pasó por la Fiscalía Especializada en Investigaciones de Drogas Ilícitas del Distrito Vicente López y se archivó en noviembre de 2021 por parte de la Fiscalía General por considerar que “no había pruebas suficientes para continuar con la investigación”. Sin embargo, el letrado insistió en que “sí existían pruebas para profundizar la instrucción y tomar nuevas medidas”. 

“Me quedé muy mal cuando me enteré que la causa fue archivada. Había elementos muy contundentes para investigar. Pero la Justicia decidió ni siquiera investigar”, sinceró Daiana, quien en diciembre del año pasado solicitó que se revirtiera el archivo de la causa tras el ascenso de Sabbatella: se convertiría temporalmente en su jefe.

El pasado 3 de junio, en el marco de una actividad por el aniversario del Ni Una Menos en la Plaza de la Cultura del Municipio de Morón, Daiana se acercó de forma pacífica a dialogar con la secretaria municipal de Mujeres, Géneros, Diversidad y Derechos Humanos, Laura De Peri. “Me presenté como la denunciante de Hernán Sabbatella y le conté mi preocupación sobre cómo iba a tomar ella la situación de mi causa archivada y mi licencia por violencia de género. Le pedí que por favor respetara el equipo de profesionales que me venían asistiendo”, relató.

La joven está bajo licencia laboral, respaldada por el Centro Vivir Sin Violencia del municipio. Allí De Peri le habría asegurado públicamente –ante otras funcionarias presentes– que su atención no se vería afectada y que su equipo de contención continuaría sin cambios. Sin embargo, una semana después, desplazaron a su psicóloga de cabecera y a la trabajadora social que la ayudaban en este proceso y no renovaron su licencia como lo hacían regularmente. “No solo no cumplió con su palabra, sino que me dejó sin atención psicológica y con riesgo de perder mi trabajo. Lo último que quiero es trabajar con él de superior”, alertó Daiana. Y aclaró: “Mi psicóloga me venía diciendo que no se sentía muy cómoda trabajando con De Peri ya que mantenía diálogo fluido y directo con Hernán Sabbatella”.



Pruebas "perdidas" 

La Policía llevó a Daiana al hospital de Vicente López por la cercanía, pero permaneció poco tiempo allí: “Ahí me encontró mi mamá, sin atención médica. Sacó fotos para registrar que yo no me podía poner de pie y no me atendían. Así que me llevó al hospital Posadas que, como había tanta demanda, terminó llevándome a casa para después terminar en el hospital de Morón, donde le garantizaron que sí me iban a atender”. 

Le tomaron muestras de sangre y orina, que su madre reclamó para saber lo que le había sucedido a su hija: “Las muestras de sangre fueron descartadas por el hospital, supuestamente porque yo lo pedí. Yo no podía ni hablar, así que eso es imposible. Y mi mamá no paraba de reclamar esos exámenes”. En cambio, las muestras de orina se mandaron al hospital Posadas: “Me costó conseguir el resultado, pero las conseguí y confirmaron que yo había sido drogada con opiáceos”. 

Daiana recibió, días más tarde, el expediente de su caso. Allí decía que el hospital municipal había declarado que ella había llegado con un cuadro de “intoxicación”, como si “hubiese comido algo en mal estado”. 

Al tercer día, Daiana continuaba con síntomas por lo vivido: mareos, vómitos y malestar general. Razón por la que su hermana y dos compañeras del área de Género del Movimiento Evita la llevaron al hospital de Moreno para realizar el protocolo de prevención de enfermedades venéreas y de transmisión sexual. Allí le tomaron otra muestra de sangre, enviada esta vez al Hospital Carrillo, que también se perdió por “errores administrativos”.

Fue entonces que Daiana perdió fuerza y voluntad. Apabullada por lo recientemente vivido, se dio cuenta que “no podía hacer nada” ya que “siempre pasaba algo”. “Me dejé convencer por Hernán en retirar la denuncia contra él”, explicó. Él la llevó en su auto, donde le dio “un papelito con el nombre anotado de la persona que me iba a recibir”, dado a que “él ya había hablado con esa persona”. 

Daiana pensó muchas veces en retomar la denuncia, aunque sabía que no brindaría resultados. Finalmente, la Justicia archivó la causa “sin siquiera hacer pericias psiquiátricas” a ninguno de los dos, dejándola sin la posibilidad de saber qué hicieron con ella esa noche de 2021, ni de Hernán Sabbatella de limpiar su imagen pública. 

“En la causa se aportaron como prueba, incluso, audios del director del hospital de Morón donde menciona que descartaron muestras de sangre sin motivos, y aun así la Justicia no lo citó para que declare y dé su versión”, apuntó Daiana. Y completó: “La fiscal no me llamó tampoco para escuchar mi versión, y no entiendo cómo archivan algo así. La denuncia la frenaron directamente, esa es la palabra correcta”. 

“Entre todas las falencias en el proceso de investigación, me da la sensación de que la Justicia tampoco tuvo perspectiva de género en este caso”, señaló el abogado Baños y agregó: “Considero que el archivo es prematuro desde que no se habían agotado las diligencias de investigación ni las requeridas por la damnificada ni las ordenadas por la fiscalía de drogas”.

Más aún, el letrado apuntó como causal del “extremadamente limitado” accionar policial y la falta de investigación a la saturación del sistema de Justicia: “En la Provincia de Buenos Aires se denuncian más de un millón de delitos por año. Sólo durante el 2024, la Procuración General informó 13.687 abusos sexuales simples; 1777 abusos con acceso carnal y 4463 de otros delitos contra la integridad sexual. Eso da un total de 19.927 investigaciones abiertas sólo durante ese año. Es decir, un caudal que puede desbordar cualquier actividad jurisdiccional”.

Archivo de causa no significa inocencia

La denuncia contra Hernán Sabbatella podría reactivarse. El expediente, que había sido cerrado por la Fiscalía Especializada en Investigaciones de Drogas Ilícitas del Distrito Vicente López, volvió a tomar impulso este año y aguarda una resolución en el Departamento Judicial de San Isidro. 

Por su parte, Sabbatella asegura que no hay hechos nuevos ni elementos que justifiquen su reapertura. El funcionario atribuye el resurgimiento del caso a una interna política local. Según su versión, los movimientos comenzaron cuando el intendente Lucas Ghi transfirió el área de Derechos Humanos a su órbita, en un momento de tensión creciente dentro del oficialismo. “¿Por qué no me expulsaron en 2021 cuando empezó la denuncia?”, cuestionó Hernán Sabbatella en diálogo con medios nacionales.

Detalló que, durante una reorganización interna, la dirección en la que Daiana se desempeñaba pasó por su secretaría de forma transitoria y que, tras una intervención del área de Género, la situación se corrigió. “Nunca trabajó conmigo ni le di un cargo en el Estado. La relación jerárquica fue puntual y breve”, afirmó.

En abril, el partido Nuevo Encuentro resolvió su expulsión tras una investigación interna. El espacio comunicó que la decisión se basó en un dictamen elaborado por una comisión especial, que incluyó entrevistas con testigos. Además, pidió al intendente que lo apartara de su cargo en el municipio. Esa solicitud, enviada por referentes del espacio de género y por la diputada Mónica Macha, actual pareja de Martín Sabbatella, aún no fue respondida por el gobierno municipal.

Si bien las diferencias dentro del oficialismo de Morón son cada vez más visibles, Martín Sabbatella le cuestionó a su hermano que utilice la carátula de “interna política” para hablar de la acusación de Daiana: “Hernán quiere mezclar las cosas para protegerse y enchastrar la situación para desacreditar la denuncia y desautorizar la palabra de la víctima”, expresó. A pesar del dictamen del Comité de Ética de Nuevo Encuentro y de la solicitud formal para que fuera desplazado del gabinete municipal, Hernán Sabbatella es uno de los hombres de mayor confianza del jefe comunal, con quien mantiene un vínculo político estrecho desde hace años.

Daiana no contradice que existe una conexión entre el ascenso de Hernán como su superior y el reavivamiento de su denuncia: “En diciembre del 2024, cuando a él lo pusieron como jefe en el municipio por una interna municipal yo decidí no seguir en esos términos y retomar la denuncia. Yo no podía continuar así. Pasaron los años, ahora soy otra persona, tengo más voz, más fuerza y estoy más acompañada. Puedo retomarla”. 

Daiana describió que los hechos le dejaron secuelas que conviven en paralelo a las posibles internas municipales: “Llegué a estar muy mal, con tratamientos terapéuticos y psiquiátricos. Perdí el foco de mis anhelos vocacionales, tuve que cambiar de trabajo. El vacío de no saber qué hicieron conmigo me hace ruido hasta el día de hoy. Necesito saber”. 

Tal como el abogado Baños aseguró, “del propio dictamen del fiscal superior se desprende que "el archivo podría variar en caso de manejarse nuevas probanzas”. Por lo que no se descarta que, finalmente, Daiana llegue algún día a saber la verdad. 



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