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Lali: ¿la heroína que demanda la época?

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No vayas a atender cuando el demonio llama, el esperadísimo nuevo disco de Lali, vino a plantar bandera con un sonido más rockero y letras que reflejan su pasaje a la adultez. De cara a sus tres shows en el estadio Vélez, Lali reafirma su lugar en la música argentina con canciones muy personales que no ceden a las presiones de la industria para hacer “lo que se vende” y crea un homenaje a su identidad, su gente y a la música misma. ¿Cómo es la nueva era de Lali? 


Si después de su último disco –aquella pieza homónima del 2023 que marcaba un homenaje clarísimo a las reinas del pop noventoso pero también a divas nacionales como Moria Casán– alguien se atrevió a pensar que Lali quizás ya no tenía sorpresas guardadas, estaba lejos de lo cierto. La artista de Parque Patricios lo hizo de nuevo: No vayas a atender cuando el demonio llama llegó al mundo el 29 de abril para plantar bandera en la música nacional con una propuesta que profundiza su vínculo con la dimensión política del arte (y de la vida). 

El disco habla de varias cosas. Es un homenaje a lo colectivo y el respeto y la admiración al trabajo de otros artistas. Es un manifiesto de resistencia frente a lo efímero y lo que nos queda cómodo. Y es, especialmente, un álbum sobre crecer, echar raíces y estar presente en su mejor momento.



La nueva era de Lali: algunas claves para escuchar y analizar el disco

Con una impronta más rockera que su predecesor (aunque sin perder sus bases de pop), No vayas a atender cuando el demonio llama marca una nueva era para la artista. A sus 33 años y con veinte de trayectoria, Lali es hoy una artista bien plantada, que se conoce mejor que nunca y que renunció hace rato a las pretensiones y a las expectativas de la industria. A diferencia de los anteriores, este disco se siente no tanto como una exploración musical ni una oda al desborde, sino más bien como una afirmación de su propia identidad y un homenaje a sus raíces y a todas las “Lalis” que fue para llegar a su versión actual.  ¿Qué elementos y referencias usaron Lali y su equipo para construir la narrativa del disco? ¿Cómo se fusiona lo personal y lo político en su obra?

Lo autorreferencial y la crítica a la industria

Lo primero que escuchamos del disco es la intro, llamada “POPSTAR”. Con una voz que adopta un tono aniñado que remite a las canciones de la factoría Cris Morena, Lali satiriza sobre sus comienzos en la industria, los prejuicios que recaen sobre ella y algunos estereotipos que recaen sobre las cantantes mujeres: «Tu popstar favorita, que siempre te visita / La ves brillando en la TV / Ella sabe como hacerte bien / Y a tu papá también».



“POPSTAR” se desinfla rápidamente para dar paso a “LOKURA” y luego “NO ME IMPORTA”, canciones que funcionan como pasaje a las bases del sonido rockero del álbum (y una metáfora del pasaje a la madurez de la propia Lali). «Hice todo lo que quería hacer / Soy todo lo que quiero ser de grande / Y aunque nada sea como era ayer / No voy a cambiar por mucho que ladren», canta Lali, en una reafirmación de su identidad y su presente. Luego aparece “PLÁSTICO”, la colaboración con Duki en donde pronuncian una crítica clara a la industria musical y cómo ésta convierte a artistas en productos artificiales sin personalidad. Acá también Lali lanza uno de sus proyectiles más celebrados: «Ahora que sueno en la radio, me buscan / Ahora que ya lleno estadios, les gusta / Son de plástico. / Ahora que nunca me caigo, se frustran / Ahora que no me lo guardo, se asustan», canta. 

La sátira inicial se repite en “SENSACIONAL ÉXITO”, un interludio que propone una pausa al estilo tanda publicitaria de Telefé, canal que transmitía los programas de Cris Morena. «El fenómeno infanto-juvenil devenida en ícono pop... ¿La heroína definitiva que demanda la época? ¿La mayor delincuente de la que se tenga memoria? No importa nada, es el nuevo disco de Lali», pronuncia la voz del histórico locutor del canal haciendo referencia, otra vez, a críticas y ataques recibidos en el último tiempo.

Hacia la mitad del disco el frenesí y las declaraciones bajan el tono para darle paso a una Lali más vulnerable. Hay letras sobre volver a apostar al amor pese al miedo (“MORIR DE AMOR”, con reminiscencias al R&B de Amy Winehouse) y sobre parar la pelota y aceptar que la vida no es un péndulo entre extremos. «Que no hay héroes ni villanos / Que en la guerra nadie gana / Que no alcanzan las dos manos / Que no siempre el malo paga», canta en “NO HAY HÉROES”, una canción coescrita con Julieta Venegas. 

A lo largo de todo el disco hay reflexiones sobre el fin de la ilusión y plantarse en lo que unx cree, piensa, siente y defiende. También hay lugar para cantar sobre echar raíces, dejar de querer gustarle a todo el mundo y aferrarse a sus convicciones y a su red, esa que nos sostiene cuando más lo necesitamos. 



Un nuevo sonido y un trabajo colaborativo

Las quince canciones que componen el disco fueron coeescritas a lo largo de los últimos dos años principalmente por Lali, el productor Mauro De Tommaso y la cantante BB Asul. En varias entrevistas de promoción Lali contó cómo parte del proceso artístico implicó tomarse el tiempo para juntarse en el estudio a conversar, escuchar a otros artistas (rock y pop nacional e internacional de los años 80, 90 y 2000) y “que las letras surjan de anécdotas”.

De ahí nacen los homenajes a diferentes artistas del rock nacional: en “PLÁSTICO” tomaron prestada la intro de “No Me Dejan Salir”(Charly García); en “TU NOVIA II”, Lali resignifica el “Oh sí, ¿y qué?, ¿y qué?” icónico de Babasónicos para adueñarse de la irreverencia. En “MORIR DE AMOR”, la artista canta: «Nunca fui fan de los payasos, ni de la pasta de campeón», en referencia a «Las minitas aman los payasos y la pasta de campeón» de “El Pibe de los Astilleros”, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

Lo colectivo (en una feliz coincidencia con el “Nadie se salva solo” de El Eternauta) también se hace presente en las colaboraciones elegidas para el disco: son pocas pero muy variadas, tal vez en un intento de explorar el trabajo en equipo con artistas que Lali respeta y admira. “MEJOR QUE VOS”, uno de los singles, es una canción coescrita y cantada con Miranda! y los coros de la balada de “MORIR DE AMOR” fueron grabados por Bersuit. Pero no solo aparecen los grandes íconos de la música nacional: en este disco Lali trabaja también con Duki y Dillom, ambos representantes de la música más nueva y joven. En “PLÁSTICO” y “33”, respectivamente, ambos artistas salen de su zona de confort colaborando en canciones cuyo sonido se alejan de lo que habitualmente hacen.

Si bien No vayas a atender cuando el demonio llama propone un nuevo sonido, Lali lo hace con las dosis justas de irreverencia y humor a la que nos tiene acostumbradxs. Basta ponerle play a “FIN DE TRANSMISIÓN”, un cierre simbólico del disco en el que agradece a sus fans pero también se escucha: «Aquí finaliza el disco pseudo rockero de Lali…». 

La diversidad como bandera

Por último, el disco es un homenaje a la memoria trans y al orgullo disidente, algo que se ve especialmente en las visuales o videos que acompañan a cada canción. En “PERDEDOR”, una canción que habla sobre perderlo todo y reconstruir(se) desde los escombros, la protagonista es la enorme actriz y escritora travesti Susy Shock. En “SEXY”, por otro lado, el foco está puesto en las personas que bailan, todas con cuerpos e identidades sexuales muy diversas. También hay un guiño en “MORIR DE AMOR” que muestra en primer plano el libro rosa Archivo de la memoria trans, el mismo que se viralizó cuando lo llevó a la entrevista que le hizo Pedro Rosemblat en su canal Gelatina.



La música en tanto espacio de fantasía para jugar también funciona como un territorio de exploración. En el 2018 Lali cantaba: «No quiero ser tu novia / No me importa estar sola / Me acuesto a cualquier hora / Salgo con quien quiero / Porque nadie me controla» (“Tu novia”). En 2023, «Mejor que dos son tres, me aburre el singular / Probemos esta vez la suerte del impar» (“2 son 3”).  ¿Y ahora?  Ahora hay espacio para provocar, para elegir libremente pero también para bajarse del frenesí: «Ella dice que sos aburrido / Esta noche no quiero testigos / Hoy tu novia se viene conmigo / Creo que esta vez / Mejor que dos no son tres» (TU NOVIA II”).

Ya caí, me morí, renací, estoy en mi mejor momento

«Estoy en la cresta de la ola y no da vértigo / Antes buscaba el hit, ahora hago clásicos / Y ahora soy yo la que le gana al tiempo / Y ahora no, ya no me lleva el viento, ya caí me morí, renací, es mi mejor momento». “33”, la canción con Dillom, funciona a modo de síntesis del disco y, según Lali, es su canción más personal. 

De cara a sus tres shows en Vélez, dos de ellos agotados (el 24 y 25 de mayo y el 6 de septiembre), Lali está definitivamente en su mejor momento. Con este disco fusiona arte, vida y política y se consolida como la reina indiscutida del pop argentino. Y, tal como ironiza en “SENSACIONAL ÉXITO”, en la heroína (no tan inesperada) que demanda esta época: nacional y popular.



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