“Rota muestra cómo una mujer pugna por reconstruir su existencia tras la muerte de su hijo, quien se suicidó luego de matar a su novia. En su soledad, intentará rearmar el rompecabezas de su cuerpo. De la mano del recuerdo, se despliega el sinsabor de la pérdida. Al detenerse en ese instante vislumbra su rotura. Esta madre intentará encontrar algo de amor, de comprensión, como cualquier otra mujer. Sólo el empoderamiento de su búsqueda podrá enfrentarla con quienes la juzgan”, reza la sinopsis de esta escrita por Natalia Villamil, con actuación de Raquel Ameri y dirección de Mariano Stolkiner. Una pieza teatral imperdible, potente y sin anestesia.
El texto Villamil es de un nivel de veracidad difícil de entender, no por la complejidad sino por la capacidad de plasmar visceralmente una voz muy pocas veces relatada. Se puede sentir con tanta cercanía esa voz rota, esa mujer perdida en el dolor, desesperada.
Raquel Ameri hace carne el texto, no sólo le da vida. Lo hace volar, lo revienta y lo acaricia. Una verdadera artesana de la escena, un placer verla hacer. El público es testigo de esa mujer bomba a punto de explotar, que explota y vuelve a convertirse en esa mujer que no puede más con ella. La ternura de acompañar el crecimiento de una persona y la confusión de que se haya convertido en ese hombre que lastima hasta matar.
¿Qué pasó en el medio? ¿Qué tuvo que ver la crianza de esa madre?
Esa madre siempre culpable, siempre señalada. En la sociedad actual las mujeres son las culpables de las acciones de los hombres, los medios refuerzan esta idea y, por más ridículo que suene, cuesta mucho instalar la realidad de que los hombres son responsables de sus actos. En Rota se pone en foco la voz de una mujer que también es víctima.
En la obra abunda el juego de imágenes, de diálogo entre la ternura y la violencia. Entre el desborde y la culpa. El sistema está para culpabilizar, pero nunca para contener y el punitivismo, a la orden del día. De esto también habla Rota.
Una mujer desaparece. En la maternidad desaparecemos, en nuestras casas, en la calle también. En la obra esa mujer aparece, entera, y con ella las madres de los femicidas. La decisión de ponerle voz a la madre de un femicida es, también, demostrar que no son monstruos aislados. Humaniza y acerca la temática desde otro lado, desde un lugar más real y, por lo tanto, doloroso.
Rota puede verse los martes a las 20.30 horas en Complejo La Plaza – Sala Picasso (Av. Corrientes 1660, CABA). Las entradas se consiguen por Plateanet o haciendo click acá.
Ficha técnica
Dramaturgia: Natalia Villamil
Música original y diseño sonoro: Rafael Sucheras
Diseño de luces: Julio A. López
Diseño de escenografía y vestuario: Magalí Acha
Responsable técnico: Tomás Capelli
Asistente de escenografía y vestuario: Guadalupe Pavón
Realización de video: Paula Coton
Diseño gráfico: Gonzalo Martínez
Fotografía: Guido Piotrkowski
Producción ejecutiva y asistencia de dirección: Eleonora Di Bello
Producción general: El balcón de Meursault
Dirección: Mariano Stolkiner
