Britney Spears decidió hablar luego de más de 15 años de silencio. Su vida ha sido un torbellino de éxitos, altibajos, y un inquebrantable escrutinio público. Desde el debut de su carrera con "Baby One More Time" en 1998 hasta su controversial tutela legal que ha mantenido su vida bajo el control de su padre durante años, la historia de Britney es un relato complejo que arroja luz sobre los problemas de género en la industria del entretenimiento y la sociedad.
"The woman in me" es la primera autobiografía de la artista y marca un momento crucial en la narrativa de Britney Spears. El libro, que ha batido récords de ventas a nivel mundial, arroja una mirada distinta sobre su vida, sus luchas y su triunfo.
Más de 300 páginas relatan en primera persona diversos temas como la presión social por inferir en su “deseada” virginidad, un aborto sin contención a los 21 años en el silencio de su baño, el hostigamiento público sobre su cuerpo, desde la posible operación de sus busto hasta mostrar en primera plana la cicatriz de sus embarazos, y calificarlo como "algo desagradable".
“El libro de Britney, si bien es un caso particular, sirve como herramienta para ajustar la lupa con la que se ve la realidad, que aún hoy muchas mujeres tienen que enfrentar. Conocer el pasado pero con una mirada enfocada en el género, hace que podamos mejorar el presente”, afirma Florencia “Pupina” Plomer, licenciada en Historia y divulgadora en redes sociales. Los parámetros de belleza son algo que hasta hoy siguen presentes y la vivencia de Britney puede ser de gran ayuda para seguir mejorando este dogma sobre las mujeres. La imagen de Lolita a finales de los 90s, cuando ella era menor de edad y se le demandaba ser ejemplo de virginidad para los jóvenes, fue el inicio de una mirada que hasta hoy se le sigue exigiendo a nivel físico a sus 41 años.
A través de la escritura, Britney ha encontrado una voz que le fue negada durante mucho tiempo y, al mismo tiempo, ha brindado a sus admiradores una ventana a su experiencia real. “Tuve miedo de hablar antes porque me aterraba que alguien pensara que estaba loca”, afirma la cantante, que pese a su silencio, la condena social sucedió en cuanto a su cuerpo, relaciones amorosas, maternidad y carrera. Este silencio fue en parte por miedo a ser aún más condenada socialmente, pero también en gran parte por la tutela que vivió en manos de su padre y un grupo de abogados por más de 13 años.
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Gracias a la liberación y total control de su vida, Britney decidió contar en primera mano sus vivencias. Su perspectiva está cargada de autocrítica y la posiciona como una sobreviviente del status quo mediático y social. En 49 capítulos, la “princesa del pop” repasa diversos episodios conocidos mundialmente como negativos ante la condena social sobre lo establecido: su virginidad cuestionada en los medios, su maternidad, su cuerpo, sus relaciones amorosas y mismo su salud mental. Pupina Plomer agrega que las preguntas que le hacemos al pasado sirven como herramienta empoderante para los sectores y grupos más vulnerados de la sociedad.
En sus memorias, Britney hace mención de la depresión posparto que sufrió a raíz del nacimiento de sus dos hijos antes de sus 25 años, y que fue criticada mediáticamente mientras era acosada por numerosos paparazzis que la perseguían tanto en espacios públicos como privados: “Por aquel entonces no se hablaba igual que ahora de la salud mental, y espero le sirva a alguien lo que yo pasé (...) porque ahora sé que mostraba todos los síntomas de una depresión postparto”.
“A partir del 2015, los movimientos #MeToo y Ni una Menos empezaron a visibilizar la necesidad de nuevos lentes para resignificar el presente y la historia que conocemos. La perspectiva de género salió del marco académico para estar presente en el mainstream”, explica Cinthia Gonzalez Oviedo, asesora en transformación cultural, especializada en diversidad y liderazgo. Es fundadora de Bridge The Gap, una consultora de negocios que hace enfoque en el liderazgo con perspectiva de género: “La historia de Britney va más allá de conocer la realidad de una celebridad, sino la de una persona real, de carne y hueso. La perspectiva de género le permite a Britney revisar su vida y cuestionando el lugar que la prensa la situó muchas veces a raíz del sexismo y desigualdad. Ninguna otra estrella de la música, pese a complicaciones, tuvo que estar 13 años bajo la tutela de su padre y un grupo de hombres poderosos, salvo la princesa del Pop”.
Durante la tutela, Britney sacó 3 discos, realizó giras mundiales y concluyó con la exitosa residencia de 4 años en Las Vegas. ¿Si una persona no es capaz de valerse por sí misma y necesita de un cuidador, cómo es que fue expuesta a trabajar de esa manera generando tantos ingresos? Los datos oficiales sugieren que las residencias de conciertos de Britney generaron entre $120 y $140 millones de dólares, y que gran parte de las ganancias de la residencia de Las Vegas haya sido manejada por su equipo de gestión, incluyendo a su padre, Jamie Spears, quien estuvo involucrado en su tutela legal. “La historia de Britney refleja problemas estructurales que hoy en día muchas mujeres siguen padeciendo. Es muy difícil ser autónomo sin libertad económica. Britney logró la autonomía recién a sus 40 años y muchas mujeres luchan en la industria de la música, tal es el ejemplo de la estrategia que Taylor Swift pudo implementar para su propia carrera”, agrega Gonzalez Oviedo.
Britney comprende que su historia debe ser contemplada con otra mirada y lo comparte en su memoria que es una declaratoria de inequidad en la industria de las estrellas. “Hollywood siempre ha sido más permisivo con los hombres que con las mujeres. Soy consciente de que se anima a los hombres a hablar mal de las mujeres para volverse famosos y poderosos”, relata la princesa del Pop en el capítulo que analiza cómo fue expuesta ante los medios durante y post relación con Justin Timberlake.
“Este libro refleja en primera persona lo que muchas mujeres sufren hasta hoy día. Es más común juzgar a una mujer que sale a una fiesta y la pregunta es ‘y con quién dejó los nenes’, cuando los varones, cuando lo hacen, no es cuestionado”, sugiere Candela Feuillade, productora de contenidos especializada en género y diversidad y agrega: “No hay que ser multimillonaria, ni estrella pop para que la historia de Britney te atraviese. Aún hoy existen parámetros que penalizan a las mujeres y más aún en la industria musical”.
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Revisar la historia con una perspectiva de género nos recuerda que la cultura pop es reflejo de la sociedad y que aún queda mucho trabajo por hacer. Britney Spears es más que una estrella pop: es un recordatorio de las luchas y desafíos que enfrentan las mujeres en la industria y un faro de esperanza para aquellos que buscan la autonomía y la justicia.
"The woman in me" es un llamado de atención que exige que examinemos de cerca las vidas de las mujeres en el centro de la cultura pop. Es un recordatorio de que debemos ser más comprensivos, más empáticos y más solidarios con las luchas que enfrentamos, en un mundo donde la fama a menudo tiene un alto precio. Britney Spears nos ha dado muchas lecciones a lo largo de estos años.