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Una asamblea feminista en la Cámara de Diputados para defender las políticas de género

Asamblea feminista en Diputados
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Luego de que, el jueves 6 de junio, se hiciera efectiva la disolución de la Subsecretaría de Protección Contra la Violencia de Género, la Comisión de Mujeres y Diversidades de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (HCDN) convocó a una reunión transversal, intersectorial e interpartidaria para trabajar en estrategias legislativas y judiciales que garanticen las políticas de género.

“Pueden sacarnos la institucionalidad, pero no van a lograr detener la lucha feminista. Necesitamos estar unidas, coordinadas, para defender los derechos y las políticas conseguidas. Proponemos un espacio colectivo en donde podamos trabajar de manera regular una agenda de temas prioritarios. Así construye el feminismo”, sostuvo Mónica Macha, diputada nacional de Unión por la Patria y presidenta de la Comisión. 


A la ultraderecha fascista, organización feminista

La sala del segundo piso del Anexo C de la HCDN asistió, el martes 11 de junio por la mañana, a una gran asamblea como sólo los feminismos sabemos hacer. Más de 200 referentas políticas de las organizaciones sociales, de los movimientos populares, ex funcionarias y militantes históricas se reunieron para pensar y tejer las estrategias con las cuales hacer frente a este presente de crueldad. 

El cierre del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD) fue una promesa de campaña de Javier Milei que, junto con otros ataques simbólicos y materiales, fue delineando a los feminismos como el gran enemigo político de La Libertad Avanza. La jerarquización de la institucionalidad de género que implicó la creación del MMGyD es un hito histórico en las luchas de los movimientos feministas y transfeministas de nuestro país. 

Esto que, por momentos, parece muy abstracto y que no se entiende bien en qué se traduce fue la posibilidad real de la articulación del Estado con el trabajo de miles de mujeres y disidencias venían ya realizando en sus diferentes territorios. El Estado Nacional se hizo cargo desde su máxima expresión institucional de nuestra agenda de género que cargaba con un montón de experiencias desde la sociedad civil, desde lo local, municipal y provincial, así como desde lo barrial. Como describió Macha: “Un ministerio construido desde la militancia. Estamos completamente implicadas en este proceso y por eso lo sentimos de esta manera”. 

Desde la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) remarcaron las circunstancias en que trabajadoras y trabajadores llevaron adelante esta institución. “Pese a las condiciones adversas y las contrataciones precarias, que históricamente caracterizan al Estado Nacional, han llevado adelante un enorme caudal de políticas públicas con íntegro profesionalismo y responsabilidad”, expresó Fernanda Fuentealba. A su vez, hizo énfasis en que, a contramano del sentido que se intenta imponer desde el gobierno actual, trabajar en el Estado jamás te hace millonario, “basta con observar las tablas públicas de salarios para darse cuenta de que estamos muy lejos de ser una casta privilegiada”. 

En este sentido, también se manifestó Gabriela Estévez, diputada nacional de Unión por la Patria de la provincia de Córdoba: “Es muy importante que defendamos, no sólo al Ministerio, sino a cada una de las compañeras que fueron la cristalización viva de la política pública en cada territorio. Son esas trabajadoras que con el cuerpo, con el alma, con la política, con el corazón y, sobre todo, con una profunda convicción, llevaron adelante la construcción de este Ministerio haciéndolo federal y una herramienta de profunda transformación”.

El Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad contaba a diciembre del 2023 con una planta de 1.282 trabajadoras y trabajadores distribuidos en todo el territorio nacional para llevar adelante los diversos programas y líneas de trabajo. A la fecha quedan alrededor de 630 trabajadoras y trabajadores, es decir el 50 por ciento de la planta en menos de seis meses, haciendo que sea muy difícil la continuidad de las políticas públicas.


Sin presupuesto no hay política pública

El presupuesto con el que contaba la Subsecretaría de Protección Contra la Violencia de Género era una prórroga del presupuesto 2023 ya que aún no estaba aprobado el correspondiente para 2024. En ese sentido, se mantuvo congelado en términos nominales en un contexto de inflación donde la variación interanual del índice de precios al consumidor del primer cuatrimestre fue de 289,4 por ciento de acuerdo al INDEC. Esto significa que el presupuesto real del 2024 sufrió una caída del 74 por ciento. 

Formado por cuatro programas presupuestarios, el total de la Subsecretaría es de $79.153,40 millones de pesos, representando el 0,14 por ciento del presupuesto total vigente para la Administración Pública Nacional. Y si bien el exceso de números a veces puede traer un poco de confusión, se vuelve central ponerlos sobre la mesa en un contexto donde desde el Ejecutivo Nacional insisten en que la solución de la crisis económica y financiera de Argentina está en el recorte del Estado. 

Al mismo tiempo, pretender que las políticas públicas implementadas tengan resultados mágicos sobre la tasa de femicidios sin tener en cuenta -adrede o por desconocimiento- las condiciones materiales en que se llevan adelante esas políticas es esperar peras del olmo. 

“La decisión de destruir la institucionalidad de género se inscribe en el desmantelamiento del Estado en general. De un neoliberalismo salvaje, feroz, que se da en el marco de un DNU que está vigente y una Ley de Bases que tenemos que resistir en la calle”, indicó Elizabeth Gómez Alcorta, quien fue la primera ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación entre diciembre de 2019 y octubre de 2022. A su vez, acentuó que es ahí, sobre todo, donde se juegan los derechos de mujeres y diversidades, donde está en jaque la posibilidad de jubilación y de tener vidas dignas. 

Datos que son historias

“El ajuste a las políticas de género no comenzó con la renuncia de Barcia ni con su anuncio del cierre del Ministerio, informal hasta el día de hoy. Desde el 10 de diciembre del 2023, nuestros programas se vacían día a día”, precisó Laura Branchini, trabajadora de la Subsecretaría y denunció que transitan cruelmente “el desguace de las áreas y programas con niveles de incertidumbre impensados en el abordaje de políticas que tratan de la vida o de la muerte de mujeres y disidencias”. 

Desde su conformación en 2019, el Ministerio trabajó en cuatro ejes. Políticas integrales de Igualdad con el diseño y la implementación de programas para la igualdad de oportunidades y derechos en ámbitos educativos, de salud, del mundo del trabajo, de la política, rurales y urbanos y de la discapacidad. Políticas integrales de Diversidad con trabajo para la inclusión de lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transexuales, transgéneros, no binaries y otras identidades de género, garantizando sus derechos humanos. Políticas integrales contra la Violencia de Género diseño, ejecución y evaluación de políticas públicas nacionales para prevenir, erradicar y reparar la violencia por motivos de género y para asistir integralmente a las víctimas en todos los ámbitos. Y Políticas de Formación, Capacitación, Investigación y Culturales implementando la Ley 27.499 “Ley Micaela” para agentes y autoridades de los tres poderes del Estado Nacional, así como también llevar a cabo formaciones para la sociedad en su conjunto. 

A su vez, el MMGyD cumplió con lo que establece la Ley 26.485 e implementó dos Planes Nacionales de Acción abandonando los abordajes centrados en la emergencia y asistiendo al cambio de paradigma que contempla el carácter estructural de las desigualdades y violencias. Cada persona que atravesó o atraviesa una situación de violencia de género necesita diferentes recursos materiales, subjetivos y simbólicos, para desarrollar su proyecto de vida. En el abordaje de las violencias no hay una fórmula de excel para todo, ni recetas mágicas.

“Cada  uno de nuestros acompañamientos merecen el tiempo, la dedicación y la libertad correspondientes a los procesos individuales. No se puede cuantificar el impacto ni la importancia de nuestros abordajes en las salidas de violencia. No somos meros números”, indicó Branchini. 

Ahora bien, ¿qué hizo concretamente el MMGyD durante estos cuatro años? En un trabajo articulado con provincias y municipios alcanzó a 1.810.000 mujeres y diversidades a través de las distintas políticas y programas. La Línea 144, que brinda atención, contención y asesoramiento a personas en situación de violencia de género y funciona de manera gratuita y confidencial los 365 días del año, en todo el país, desarrolló el canal de WhatsApp, el correo electrónico, la app 144 y el sistema que a través de comunicaciones por videollamadas puede atender a personas sordas. Desde el 2019 hasta el 2023 recibió más de 1.200.000 comunicaciones y realizó más de 93 mil intervenciones. 

Con el Programa Acompañar acompañó económicamente a mujeres y disidencias que se encontraban en riesgo o atravesando situaciones de violencias con el otorgamiento de un salario mínimo vital y móvil durante seis meses. Este programa alcanzó a 352.300 personas a sabiendas de que sin autonomía económica no es posible salir de la violencia. 

El Programa Acercar Derechos (PAD) acompañó de manera integral e intercultural a través de 59  equipos interdisciplinarios con profesionales del derecho, la psicología y el trabajo social, a personas en situaciones de violencia. Entre junio 2021 y la actualidad, el PAD alcanzó a 33.909 mujeres y disidencias y realizó más 123 mil acciones de acompañamiento, contención y asesoramiento. 

Se creó el Sistema Integrado de Casos de Violencia por Motivos de Género (SICVG) con el objetivo de poder sistematizar la información con un enfoque estadístico y ser una herramienta de consulta, articulación y seguimiento de casos. Este sistema firmó convenios con todas las provincias, menos con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y con 208 municipios. Hasta abril de este año, contabilizó 884.438 registros, dentro de los cuales se puede identificar a 653.534 personas asistidas.

El MMGyD fue también la autoridad de aplicación de la Ley Micaela con la que se formaron 5.086 autoridades a través de 82 encuentros desde el año 2020 a 2023, así como también fueron capacitadas 263.449 personas agentes estatales de los tres poderes. Más de 155 organismos del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial fueron asesorados y acompañados en el diseño y puesta en marcha de sus programas de formación.

Desde la implementación de la Ley Nº 27.636 de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero “Diana Sacayán - Lohana Berkins”, 955 travestis y trans se incorporaron a la Administración Pública Nacional. En la mayoría de los casos accediendo, por primera vez, a un trabajo formal. 

A través del Programa Registradas se apuntó a reducir la  informalidad, garantizar el acceso y permanencia en un empleo registrado e incentivar la bancarización en un sector, como el de trabajadoras de casas particulares, que se encuentra feminizado y donde el 75 por ciento son empleadas de manera informal. Este programa logró que 34.235 trabajadoras fueran formalizadas y que, aproximadamente, 8 de cada 10 conserven la relación laboral formal una vez terminada su participación en el programa. La política se implementó conjuntamente con el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, la Administración Federal de Ingresos Públicos, el Banco de la Nación Argentina y el Ministerio de Economía. 

“Todos los programas que teníamos en el ministerio pareciera que son como un número muy frío. Pero la verdad es que no es nada frío, todo lo contrario. Muchas de nosotras, las mujeres de los barrios populares, nos hemos independizado económicamente gracias a la ejecución de esas políticas públicas que construimos y elaboramos en conjunto desde un lugar institucional como es el MMGyD”, expresó Norma Morales, referente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP). 

La eliminación de la institucionalidad de género implica que para este Gobierno no existe la violencia de género como una problemática en sí. Y los feminismos muy bien sabemos que donde el estado de derecho se retrotrae, la desigualdad avanza.  

Estamos en tiempos donde parece que hay que aclarar lo obvio pero no hay posibilidad alguna de libertad cuando se está sometida o se atraviesa una situación de violencia. La “libertad” y “la vida”, esos valores que intentan apropiarse desde la ultraderecha y los sectores conservadores parecieran no importar cuando son de mujeres y diversidades. 

El estallido jurídico

En los 40 años de Democracia ininterrumpida que cumplió nuestro país, en diciembre pasado, todos los gobiernos que transitaron peronistas, radicales, neoliberales y de alianzas políticas, desplegaron políticas de género. Argentina es un país referente en el mundo por su avance legislativo en materia de derechos humanos.  

“La decisión del Gobierno de eliminar la jerarquización y llevarla a su invisibilización en el marco de otras áreas del Estadio es una violación al principio de no regresión”, explicitó Florencia Strods, integrante de la ex Dirección de Abordaje Integral de casos de Femicidios, Travesticidios, Transfemicidios y Delitos contra la Integridad Sexual. Este principio de no regresión es lo que en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos prohíbe a los Estados que adopten normas que vayan en contra de la protección de los derechos humanos ya adquiridos.

El Poder Ejecutivo tiene la obligación y responsabilidad de implementar políticas de acuerdo a los tratados internacionales a los que adhiere y que, desde la reforma de 1994, tienen rango constitucional. “Estamos en una situación de excepcionalidad. Están barriendo no solamente con compromisos internacionales, con la Constitución Nacional, sino que quieren barrer con el sentido común. Y, ¿saben qué? En eso no van a ganar porque se ha construido una conciencia que va a superar todos los desastres que tienen planificados”, aseguró Virginia Franganillo, primera titular del Consejo Nacional de la Mujer


La hora ha sonado

En Argentina, una mujer muere cada 35 horas mientras que una de cada dos mujeres en pareja ha atravesado o atraviesa violencia doméstica. Según los datos del Registro Nacional de Femicidios de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia han habido entre 226 y 260 víctimas de femicidio por año de 2017 a 2023. Resulta una obviedad aclarar que la violencia de género está lejos de ser erradicada. 

“Lo que más nos duele es ese sistema impresionante de crueldad vertebral e inhumana que impide, como ha dicho el señor Presidente, cualquier estado de sensibilidad, cualquier estado emocional”, aseguró Dora Barrancos socióloga, historiadora, educadora y feminista. Y llamó a las mujeres y disidencias a ponerse en el lugar de las lideranzas. 

Mariana Gras, presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres durante 2011 a 2015, sostuvo que debemos “poner en debate desde qué lugar hacemos la resistencia”. Reconstruir y clarificar cuál es el sujeto político que representa los feminismos para evitar la fragmentación que pretende el Gobierno y poder ya no pelear por las partes, sino discutir el todo. “Que estos  tipos sepan que las mujeres argentinas no vamos a dar por perdida la lucha y que cada uno de los días que pase vamos  seguir trabajando”.

Dime quién te ataca y te diré a quién has incomodado

A las feministas no nos sorprende que nos quieran convencer de que lo que hicimos no sirve para nada. La historia del mundo está construida sobre esa piedra de toque a través de la que se encargaron de invisibilizarnos. Sobre todo desconociendo el trabajo reproductivo y de cuidado sin el cual ningún otro trabajo sería posible. No nos sorprende, no nos asusta, mucho menos nos intimida. Si tan poco molestara nuestro movimiento no se tomarían el enorme trabajo que hacen por perseguirnos, silenciarnos, combatirnos y deslegitimarnos. 

Si todo el trabajo hubiera pasado realmente desapercibido, si no hubiera servido para nada el Ministerio, la institucionalidad de género, nuestras discusiones, los planes, programas y políticas. Si nada hubiera hecho mella. Hoy, no seríamos el foco de ataque. La ultraderecha de acá y del mundo sabe que los feminismos transforman porque nosotras discutimos poder político y económico. Por eso nos detestan, por eso nos persiguen. 

Como ilustró Laura Branchini: “No van a ser ellos ni los primeros ni los últimos que se opongan a que esta marea siga creciendo”.


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