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La aristocracia tecno-financiera: cuando el capital subordina a la política

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¿Qué tienen en común el salvataje millonario de Trump a Milei, el triple femicidio narco y la llegada de inversiones en inteligencia artificial de la mano de Open IA a la Argentina? Lazos del poder económico financiero internacional que desembarcan en Argentina para garantizar un reduccionismo estatal y el debilitamiento de las instituciones con el fin de maximizar sus ganancias y profundizar la concentración de la riqueza. Los dirigentes de ultraderecha llegan al poder para garantizar el ascenso de una nueva clase social, la aristocracia tecno-financiera.

¿Quiénes ganan y quienes pierden con el modelo económico neoliberal de LLA? 

Bajo el modelo económico impulsado por el gobierno libertario han ganado, sin duda, los grandes capitales financieros, exportadores y los oligopolios que se benefician no sólo del estancamiento del salario, sino también de la apertura de mercados. Algunas empresas del rubro de alimentos registraron ganancias de 428 por ciento (Ledesma) o 323 por ciento (Arcor) en 2023 respecto de 2022. 

En la vereda de enfrente, mientras los servicios y los alimento suben, pierden los trabajadores formales (cuya participación en el PBI se redujo del 48 por ciento en 2016 a 43 por ciento en 2024). Los jubilados perdieron 5,4 por ciento en términos reales en marzo de 2025 respecto de noviembre de 2023). 

El modelo económico neoliberal de desregulación reproduce un patrón regresivo: los sectores con menos recursos para incidir en el mercado, trabajadores, jubilados, pierden poder adquisitivo mientras los actores del capital y los dueños de los medios de producción concentran más ganancias. Esta lógica combate de lleno la narrativa libertaria en la que destruir la participación estatal se vuelve un supuesto garante de  mejor distribución. Al contrario de lo que se cree observando la tendencia, cuanto menos interviene el Estado, más discrecionalidad del poder económico para garantizar precarización, aumento indiscriminado de precios y un control asimétrico sobre los valores de los productos o servicios en el mercado.

En la entrega anterior de esta columna, el gobierno de Javier Milei parecía acabarse. En la metáfora espiritual de lo que alguna vez fue —un outsider que decía pelear contra “la casta” y querer llegar a la presidencia para bajar impuestos— efectivamente sí, ese Milei está muerto. En su lugar, "El Loco" —apodo que le pusieron los propios en una época anterior en la que ni soñaba con ser presidente— pareciera reproducir la fórmula cambiemita que tanto dijo aborrecer: antiperonismo de manual, especulación financiera, fuga de capitales.


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Con el slogan "kirchnerismo nunca más" como única propuesta de campaña reproducida en todos  los distritos de la elección nacional, la agenda fue interrumpida con cambios de planes que obligaron al equipo libertario a reformular. Caravanas cortas obturadas por movilizaciones opositoras, escraches e insultos en cada territorio que el presidente intentó habitar: escenas que terminaron con candidatos huyendo de las formas más improvisadas en la provincia de Buenos Aires, Corrientes, Tierra del Fuego, e inclusive Córdoba, distrito que supo acompañar a Javier Milei con el 74 por ciento de los votos en 2023.

El fantasma del financiamiento narco pareció condenar  al oficialismo a reducir sus escenarios de disputa en lo político, mientras que en lo económico no hubo crecimiento ni con ni sin dinero. En casi dos años de gestión, los impuestos que se eliminaron beneficiaron mayoritariamente únicamente al 1% más rico de la Argentina (desde la inicial fuerte devaluación, la rebaja de retenciones al agro y la apertura de importaciones fortalecieron a los exportadores, grandes productores y capitales dolarizados, mientras la licuación del gasto público, el recorte de subsidios y la reducción del Estado trasladaron el ajuste sobre jubilados, trabajadores y pymes). El libertarianismo decidió abandonar la motosierra que tanto caracterizó sus típicas caravanas de 2023. 

La crisis de reservas y la recesión en una economía golpeada por el ajuste, con niveles de consumo por el piso ya son innegables hasta para el más fanático de los violetas. El escenario es de inestabilidad y las elecciones del 7 de septiembre en la Provincia de Buenos Aires (donde viven 4 de cada 10 argentinos que votan) funcionó como la evidencia de la debilidad que afronta el modelo. Hasta acá —y por más que los datos maten al relato— pareciera no haber nada nuevo bajo el sol. Sin embargo, la pregunta que cabe hacerse es por qué el gobierno libertario ha quedado atrapado en una narrativa que expuso al presidente a defender un candidato imputado por cómplice en lavado de activos del narcotráfico, a defender un orden fiscal extremista que lo ha llevado a enemistarse con médicos, docentes, jubilados, discapacitados y hasta niños enfermos y por qué (sobre todas las cosas) no ha podido modificar algo del rumbo que lo llevó a tener entre un 55 y un 60 por ciento de imagen negativa dependiendo qué encuestas.

¿A qué juega el Presidente? ¿Qué compromisos mantiene y con quiénes? ¿Por qué pareciera estar dispuesto a chocar la ferrari?



No te preocupes Javier, llegó papito Trump

Un hombre de tez naranja con un arsenal de bombas nucleares capaz de exterminar a la humanidad al alcance de un botón recibe a su par argentino al frente de la puerta de la Casa Blanca. Milei tiembla emocionado, sacude su mano y agradece asintiendo la cabeza con una sonrisa de oreja a oreja. Sus pelos, en general alborotados pero esta vez más arreglados de lo normal para la ocasión, se mueven al vaivén de su visible emoción. Dos trajes, aunque de diferente etiqueta, dos corbatas, pulgares en alto y una carpeta (quizá de apego) que no suelta por nada. Una reunión que fue vendida como de élite mientras el mundo observa.

El Salón Oval fue la promesa —aquel espacio donde históricamente han desfilado mandatarios del mundo para reunirse con los presidentes estadounidenses—, pero hoy, y habiéndonos enterado veinte minutos antes del encuentro de forma sorpresiva, tendrá que esperar. A Milei le toca un cuarto medio escondido en la planta baja y una mesa puesta para comer, pero sin comida, llena de cámaras y periodistas. La puesta de escena ya no augura triunfo sino súplica. En una conferencia de prensa de una hora en la que Trump habló cuarenta minutos y Milei, cinco. El gesto del presidente estadounidense quitándose el auricular al momento en el que el argentino comienza su larga pronunciación de agradecimientos. Una pregunta se cuela y lo arruina todo. 



¿El préstamo que le brindara Estados Unidos a la Argentina depende del triunfo electoral en las elecciones de medio término por parte de La Libertad Avanza?

“Nuestra aprobación depende de quién gane la elección. Si el presidente no gana, conozco a la persona contra la que competiría, creo, probablemente, esa persona es extremadamente de izquierda y tiene una filosofía que fue la que llevó a Argentina a este problema en primer lugar", sentenció el gran amigo naranja.

A los ojos de todos fue explicado lo más evidente. Este "apoyo" en verdad es un rescate. Los motivos no son estratégicos y ni siquiera personales, son geopolíticos. Milei para ellos no es nada ni nadie, sino una oportunidad. La garantía de por algunos dólares tener a disposición la economía argentina y sus recursos naturales a gusto y piaccere, al menos hasta que un desendeudamiento fuera posible.

¿Por qué Trump salvaría sino a una Argentina en debacle, con un gobierno desorientado y una oposición cada vez más enojada e intolerante? En una acción diplomática en vísperas de concretarse, Milei pide la injerencia total del gigante del Norte sobre el destino de la política económica y ahora también parlamentaria. Con un lobby yankee republicano instalado a luces de todos en el Congreso Nacional, asesores de Trump que se reúnen seguido con dirigentes del “dialogismo” a buscar la gobernabilidad que Milei no puede garantizar, y algunos tuits del secretario del Tesoro estadounidense, Scot Bessent, dirigidos para “calmar a los mercados” cada vez que algún error de campaña o fracaso político tensiona la estabilidad del gobierno Milei.

Al menos dos reuniones fueron confirmadas al cierre de esta nota. Ambas trascendidas a la prensa local en la que participaron diputados de distintos bloques como la UCR, Encuentro Federal, Democracia por Siempre, entre otros. Varios de esos diputados se encuentran en campaña con discursos abiertamente opositores a la gestión libertaria, en privado se sientan con Barry Bennet —asesor del republicanismo trumpista y lobbysta contratado por Santiago Caputo desde la SIDE— para discutir qué acuerdos harían falta para poder aprobar el Presupuesto 2026 y la serie de reformas (laboral, previsional, fiscal) que buscará  imponer el gobierno el año entrante.

Hay quienes en privado se animan a arriesgar nombres como el del histórico dirigente cordobés Juan Gringo Schiaretti —ahora en campaña para obtener un banca en la cámara de diputados— para reemplazar en su lugar a Martín Menem con el fin de proponer un diálogo "más amigable" con algunos representantes del poder legislativo.

Las provincias ya asfixiadas por la limitación ejercida desde el poder ejecutivo sobre las transferencias discrecionales y los fondos de los Aportes del Tesoro Nacional también parecieran ceder a la catástrofe. ¿Cuál es el costo de financiar una nueva forma de colonialismo? 

De la colonización al colonialismo y la herencia de la colonialidad 

Desde su llegada al cargo, el ministro de economía estadounidense Scott Bessent no sólo ha operado como funcionario público, sino como un actor con pasado en sectores estratégicos e intereses en el mundo de las finanzas y de las inversiones especulativas globales. Antes de convertirse en secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Bessent fundó Key Square Capital Management tras su paso por la firma de George Soros, multimillonario empresario financiero y centro de las conspiraciones de ultraderecha del mundo por su tradición filantrópica a las causas liberales. La firma de gestión de inversiones de Bessent con sede en Nueva York se especializa en "estrategias globales impulsadas por eventos corporativos, como fusiones, adquisiciones y quiebras", según su propio sitio web, además de ofrecer servicios de asesoría y gestión de inversiones. 

Ese dato importa: no se trata únicamente de una política de Estado, sino de una política que traslada lógicas de inversión financiera pura al ámbito soberano. Y en Argentina, esa lógica cobra una corporeidad concreta y específica.

Tras conocerse el anuncio, dirigentes demócratas, e inclusive intelectuales como el nobel de economía Paul Krugman, señalaron que en este movimiento Bessent estaría saliendo al rescate de las ganancias de sus amigos que invirtieron en Argentina: fondos como Discovery  Capital Management, Black Rock, Fidelity Investments y PIMCO (todos con conexiones previas o indirectas a Bessent) ya tenían compras de bonos soberanos argentinos que hoy aparecen beneficiadas por el mecanismo de estabilización que el Tesoro de EE.UU. está impulsando. 

En ese contexto, aparece el nombre de Rod Citrone, cofundador de Discovery Capital Management, quien en abril de 2025 fue mencionado como evaluando inversiones superiores a los 5.000 millones de dólares en Argentina. Citrone visitó la Casa Rosada y estuvo reunido con el propio Milei ya que formaba parte de la delegación que acompañó a Bessent en su visita. 

Es así como el acuerdo firmado (swap de divisas, compras directas de pesos, compras de bonos) aparece como una intervención estratégica para sostener los activos en los que esos fondos ya apostaron. Además, uno de los objetivos explícitos del Bessent-Milei-EEUU es reducir la injerencia de China en Argentina, lo que coloca a nuestra economía dentro de una disputa geopolítica. Aquello que el propio ministro de Economía argentino vendió como una "ayuda desinteresada" pareciera tratarse más de una apuesta financiera global: una alianza entre un gobierno de ultraderecha local con un Estado norteamericano dispuesto a intervenir como nunca se ha visto en la política argentina y un conjunto de inversores privados que buscan rentabilidad sobre economías vulnerables del tercer mundo.

La Argentina ya no es tierra de sueños y esperanzas, sino un nuevo campo de batalla de la acumulación financiera internacional. Donde en cada peso que compra Estados Unidos fortalece su posición de poder ante la vulnerabilidad local, profundizando las posibilidades de ejercer un golpe de mercado ante, por ejemplo, un posible triunfo electoral de gobiernos peronistas o de cualquier otro color político no dispuesto a la sumisión colonial yankee. Los ganadores no son los ciudadanos y ciudadanas a los que Milei les prometió estabilidad y prosperidad, sino quienes ya tenían exposición al riesgo y ahora obtienen protección estatal para sus apuestas. Una aristocracia tecno-financiera que capitaliza la entrega del país mediante políticas explícitas que facilitan la desregulación, el lavado de dinero y la destrucción de todo aquel que se oponga a éste nuevo orden social.

Si ahora Estados Unidos "salva a la Argentina" puede convertirla en una meca de los recursos naturales por los que el mundo irá a a la guerra en el próximo siglo. Recursos que serán explotados por los otros amigos millonarios de Donald Trump. 

En misma semana Open IA llega para anunciar la construcción de un centro de datos de IA en la Argentina. ¿Hará el gobierno preguntas sobre cuánta energía demanda dicha inversión? ¿Verá el gobierno la manera de fortalecer las reservas en esta decisión o es una forma más de hacer guita fácil para los amigos millonarios de Milei y su equipo? 

Un modelo político para destruir lo público y garantizar el ascenso de lo económico 

"Es un modelo que considera la justicia social como una estafa porque cree en la explotación y en la esclavitud", responde la histórica referente del peronismo y actual candidata Kelly Olmos cuando le consulto en una nota para otro medio sobre cómo evalúa las políticas de esté gobierno para combatir al narcotráfico. "Milei ha dicho en declaraciones públicas recientes que el narcotráfico es un tema de seguridad. Sí, claro. Pero en economía nosotros no podemos trabajar con esa plata sin preguntar por el origen. Cualquier país sabe que la forma de encontrar al narcotraficante es siguiendo la ruta del dinero".

Debajo de la superestructura recrudece la violencia en la contracara más siniestra de lo que la acumulación del capital representa: matan a tres pibas expuestas a la precariedad de la vida, que ejercían la prostitución no tanto por elección y sí por supervivencia. En el país donde Milei presenta leyes y proyectos para garantizar el lavado de activos, mientras permite que algunos millonarios especulen con bonos argentinos y altísimas tasas de interés que se pagan con emisión monetaria estatal, hay pibes y pibas que se entregan a la delincuencia o la prostitución para lograr llegar a fin mes, porque otra no les queda.

Para el capitalismo salvaje, autoritarismo de ley 

Es natural concluir que para garantizar el ascenso final del capital sobre el Estado definitivamente hace falta política a intervención. Elementos para justificar el análisis sobran: es la narrativa amigo/enemigo llevada al extremo la que vehiculiza en la narrativa libertaria donde el "contexto excepcional"  fuerza los límites institucionales  con tal de  asegurar el modelo, aunque dentro de estas se incluya la invisibilización del poder legislativo y sus debidas facultades en la gestión de lo público.

En la gestión de Milei el decisionismo del Poder Ejecutivo es llevado a la máxima tensión de lo tolerable por las instituciones y la división de poderes. Siendo que como presidente dictó más del doble de decretos de los proyectos que su bancada llevó al recinto, según indica la web del Congreso Nacional. En su lógica, la gestión libertaria está bajo una excepcionalidad permanente, con una construcción que excluye a todo opositor a sus medidas o a la del programa económico.

Desde su asunción en la presidencia construyó una guerra contra el Estado basada en una retórica de confrontación permanente, que apela a una identidad moral y espiritual del  pueblo contra “la casta política” (enemigo interno). Es claro que en su liderazgo mesiánico encarna una voluntad de transformación capaz de ir más allá de las instituciones. 

Sin ir más lejos, en la Argentina de hoy hay tres leyes que los últimos dos meses fueron sancionadas y luego ratificadas por el 75 por ciento de las cámaras y que el gobierno decidió abiertamente promulgar, pero no aplicar: la emergencia en discapacidad, la emergencia pediátrica y la ley de financiamiento . 

La Argentina que emerge de esta nueva arquitectura del poder ya no responde a las viejas categorías de soberanía o dependencia, sino a una forma inédita de subordinación: la del capital global administrando la política doméstica. La aristocracia tecno-financiera que hoy sostiene a Milei no gobierna desde el Estado sino a través de él, moldeando sus instituciones para volverlas funcionales al lavado, la especulación y la captura de lo público por intereses privados. Si el país se convierte en un laboratorio de la ultraderecha financiera internacional, quizá ya no sea porque el pueblo lo eligió, sino porque el mercado lo impuso.



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