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Carmen Sánchez Viamonte, la nueva sensibilidad del rock nacional

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Perteneciente a la nueva ola de rockeras, Carmen Sánchez Viamonte, cantante oriunda de La Plata, arrancó desde muy temprano a componer sus canciones. Con  referentes que van desde Marilina Bertoldi a las hermanas Haim, sus letras tocan temas como la búsqueda de una identidad propia, el enamoramiento y la crítica a los viejos panteones del rock nacional. En esta entrevista con Feminacida, Carmen conversa sobre ser una artista en el rock independiente hoy, lo que la mueve a la hora de componer canciones y su nuevo proyecto tras la despedida de La fuerza, su último álbum.

Cae la tarde del viernes previo al feriado del 17 de junio. Carmen atiende el teléfono y su voz hablada es igual de heterogénea que su voz cantada: dulce pero vibrante, con un tono arrabal y bélico. Aquella energía se transmite en su última canción Cronos. “Todos quieren beberme completa y nadie pregunta cómo completarme”, canta Sánchez Viamonte con una vulnerabilidad y una rabia que recuerda a la estadounidense Joni Mitchell.

Fue esa misma impronta la que hizo que su tercer disco solista, La fuerza, publicado hace más de un año, la llevara al reconocimiento de los medios de comunicación y también del público general. “Tenemos una conexión muy fuerte, cantan las canciones de principio a fin, incluso las voces grabadas”, dice risueña. El nombre del disco proviene de dos referencias culturales muy importantes para la artista: por un lado, la saga de películas de Star Wars donde la fuerza configura la bondad y también la maldad de las personas. ”Todos somos un poquito malos, pero también todos somos un poquito buenos”, explica la platense con una paráfrasis de una de sus canciones, Pensamientos intrusivos, un hit rockero sobre las ansiedades de su generación. Por otro lado,  Hécate, diosa griega que simboliza el poder de la feminidad y también la noche, la muerte y el mar: “La Fuerza es un un yo con muchas caras y por eso me inspiré en la figura de Hécate para la portada del álbum. Es una diosa que se la representa con tres caras distintas”, explica la cantautora.

Esa variedad configura letras que van desde baladas como Locutorio, temas pop inspirados en películas de Nora Ephron como Tienes un Email  hasta himnos de descarga como No pareces normal, donde contraataca a les musiques que alguna vez la juzgaron por su estilo y su voz.

Pero sobre todas las cosas La fuerza refiere al poder de lo colectivo. “Es también empezar a creer un poco más en la capacidad de cambio que tenemos cada uno como individuo y sobre todo cuando nos unimos”, dice convencida. La importancia de la lucha colectiva la mamó desde pequeña, en el seno de su familia: es nieta de Herenía Cámara de Sánchez Viamonte, abuela de Plaza de Mayo. A su vez, ese vínculo entre lucha y feminidad lo cristalizó en la canción Esto es un tesoro. “El tesoro es el amor que prevalece como contraparte de la muerte. Aunque hayan matado a un montón de gente, el amor es imposible de matar”, declara Carmen al respecto.

Al mismo tiempo, la búsqueda de la artista por un sonido propio, que sea profundo, acústico y genuino comenzó en 2018 cuando se volvió solista y coincidió con el renacimiento de la consciencia feminista en Argentina. Mucho antes del 2019, año en que Marilina Bertoldi ganó el Gardel de oro por el álbum Prender un fuego y que se aprobó la Ley del Cupo Femenino en Escenarios, Carmen recuerda que el rock no era un lugar grato para las mujeres, menos para las que tenían 15 años en 2014.

Para la compositora, no fue fácil subirse a un escenario con determinadas prendas y no sentirse cosificada por la mirada masculina. “Con la llegada del rock feminista sentí que tenía un lugar en el mundo. Se armó esta escena de mujeres y disidencias que generó un sostén, una parte del motor para subirse a un escenario”, afirma.  El ejemplo de sus ídolas, como Marilina Bertoldi, Celeste Carballo y las bandas estadounidenses Alabama Shakes y Haim, fue clave en la seguridad de Carmen a la hora de tomar las riendas sobre cómo quiere representar su obra.

Al igual que sus contemporáneas, la libertad creativa de Carmen también se refleja en la escenografía y vestimenta de los conciertos. En el caso de los shows de La fuerza,  detalla que eligió representar la noche, el mar y la vigilia a partir de una paleta de colores en el vestuario: azul marino, blanco y plateado. “Intento tomar decisiones que se alineen conmigo misma”, asegura la joven de 24 años.

Fue esa misma escucha interna la que la llevó a terminar la gira de La fuerza para preparar su nuevo álbum que todavía no tiene nombre, pero que se publicará en octubre de este año. Sobre el nuevo proyecto, Carmen adelanta que se complementará con el anterior. “Si la fuerza era la noche y la vigilia, el próximo álbum va a ser sobre la llegada de la luz del día y sobre lo que hicimos mientras tanto. Quién hizo la tarea y quién decidió meter todo bajo de la alfombra”, explica. Este concepto será acompañado por ritmos pop y también punk trash. Fiel a ella misma, su música es un signo del arte  actual: variado, autogestivo y, sobre todas las cosas, sostenido por la lucha.


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